Como puente en el que estamos y entre el Abono más el ciclo propio, una OSPA de cámara dirigida por Aarón Zapico y la tinerfeña Raquel Lojendio nos devolvieron un Vivaldi limpio y claro con cuatro motetes todos de Aleluya y propina Zapico's Brothers alegría de espíritu totalmente asturiano. Bien por todos... del patrocinio escribo en casa.

Cendoya y el legado pianístico de Ponce
Hace 8 horas
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